ANTONIO MANSO SILVA
CARPINTERO

 Antonio Manso nació en Facinas un trece de octubre  de mil novecientos cuarenta y tres. Hijo  de Manuel Manso e Isabel Silva. Es el mayor de tres hermanos, con Luz y Manolo compusieron una de las familias más tradicionales de Vico.

         La profesión de varios miembros de la familia, entre ellos su padre, era la de carpintero artesanal, especialmente dedicados a los útiles agrícolas cómo la fabricación de arados, carretas y carros, talanqueras, portillos, y algunos muebles llamados “bastos” por esta zona.

         Comenzó su etapa profesional ayudando al padre en los numerosos encargos que recibía de los cortijos cercanos. A veces debían permanecer varios días sin regresar a la casa, durmiendo en el lugar del trabajo, para no perder tiempo en el camino.

         Estuvo varios años como encofrador en la empresa que construyó el pantano de Facinas, compaginando faenas en  este lugar con otras en Las Lomas o sus alrededores.

         Hizo la mili en la marina, en San Fernando, sufriendo la amputación de un dedo por aquella fecha.

         La vivienda de sus padres estaba cerca del Molino de mis abuelos, donde todos los días acudíamos la familia. Él formaba parte del grupo de chiquillos que morábamos por allí, y que juntos tramábamos cientos de aventuras y “fechorías”.

         Muy unido a mi primo Antonio Giráldez, con el que era “uña y carne”, criando juntos algunos animales y cultivando pequeños huertos.

         Aunque continuó en solitario las faenas de carpintero tras la muerte del padre, se inició también al mismo tiempo cómo empleado en la Agencia de Medio Ambiente dedicado a la vigilancia y cuido de los montes.

         La afición ganadera no la perdió tampoco, por lo que mantiene una cabaña de cerdos, vacas y ovejas en una parcela arrendada al Ayuntamiento de Facinas.

         Hoy, ya jubilado, se entretiene con la cría de esos animales y con algún que otro trabajo de carpintería, aunque ya casi por matar el tiempo.

         Se ha mantenido soltero. Vive cerca de la hermana Luz, que junto con los hijos y el otro hermano, Manolo,  le cuidan y atienden.

         Ha destacado siempre por su flema y buenos “golpes”, siendo sus “ocurrencias” celebradas y comentadas por los que viven a su alrededor.

         Hoy vive en una buena casa, rodeado de todos los sobrinos, con el calor de los hermanos  y disfrutando de su buena comida y “copita” diaria.

         Antonio ha sido fiel y referente de esa barriada de Facinas, Vico, donde se siente anclado para siempre, y con mucho gusto.